Por: Ignacio Serrano
Al Magallanes bicampeón le costó más de lo previsto poder asegurar su lugar en la postemporada. Sufrió más que en las últimas dos temporadas, aunque en diciembre pasado también patinó y el manager Luis Sojo lo pagó con su cargo.
Al Magallanes bicampeón le costó más de lo previsto poder asegurar su lugar en la postemporada. Sufrió más que en las últimas dos temporadas, aunque en diciembre pasado también patinó y el manager Luis Sojo lo pagó con su cargo.
Tanto costó esta vez, que una parte de la afición llegó a pedir la salida del piloto Carlos García.
Los turcos han navegado ahora bajo la sombra de los Caribes, las Águilas y los Tigres. El orgulloso defensor de la corona llegó a verse en peligro, en la sexta plaza de la tabla.
Apenas pudieron desplazar por un par de días del tercer lugar a los felinos, antes de regresar a las posiciones inferiores. Aquello fue cuando Aragua vivía sus horas bajas y Sojo volvía a pagar la factura, esta vez como timonel de los rayados.
Ahora, con ambos pies en enero, pero con las series perdidas ante Anzoátegui, Zulia, La Guaira e incluso Margarita, ¿cabe esperar por el tricampeonato? ¿Es posible que esta divisa de recorrido sinuoso sea capaz de hacer historia?
La respuesta es sí. Habrá que cuidarse de los Navegantes a partir del 2 de enero.
Es cierto que Ramón Hernández no ha bateado como en la 2013-2014, que Juan Rivera y Carlos Zambrano están fuera del equipo, que Robinson Chirinos no llegó y Tomás Telis se marchó. Pero los bucaneros todavía cuentan con una base criolla que está entre lo mejor de la campaña, a la espera de pisar el acelerador.
Eso, sin contar con la conocida habilidad de la gerencia para armar una importación competitiva, incluso en esta época del año.
Hernández, Ezequiel Carrera, Endy Chávez, el cubano Adonis García, Rougned Odor, Andrés Eloy Blanco y Ronny Cedeño forman una sólida base para el día a día, sin contar la eventual recuperación física de Mario Lissón.
Ese grupo no tiene la profundidad de las pasadas dos justas y ciertamente es probable que Lissón no regrese o no vuelva en ritmo. Allí está parte de la opción de los equipos rivales. Pero se trata de una nómina competitiva, con cinco grandeligas de 2014, un importado en efervescencia y un veterano que viene de obtener el premio al Jugador Más Valioso de la última final.
El bullpen magallanero sigue siendo altamente eficaz. El antillano Hassán Pena está a tiro del récord de salvados en la liga, a pesar de tomar el rol de cerrador con tres semanas de retraso. Sus edecanes Deolis Guerra, Amalio Díaz, Yoel Hernández y José Mijares pueden recorrer sin daño del sexto al noveno tramos.
La gerencia trabaja en fortalecer la rotación, donde puede estar el punto de quiebre para los filibusteros. Orángel Arenas y David Martínez son la base venezolana. Para el 30 anuncian el regreso de Anthony Lerew. Tramitan la vuelta de Chris Leroux o Dustin Richardson.
Les queda el draft de sustituciones, antes de la semifinal, para tapar los agujeros que puedan restar, y tienen la ventaja adicional de que sólo serán necesarios cuatro abridores a partir de la semifinal.
Sí, la receptoría depende de que Juan Apodaca continúe siendo una feliz sorpresa, hace falta Lew Ford y la baja de Lissón es delicada. Este equipo no luce blindado, como en las dos zafras anteriores. Pero es más que capaz de emular al Valencia, Caracas y Aragua con un histórico tricampeonato.
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