Mario Lissón será una pieza fundamental en las aspiraciones de los Navegantes del Magallanes para conquistar el gallardete y extender a tres sus títulos consecutivos, algo inédito en la historia del club.
“No hay otra meta que el tricampeonato, creo que nadie que está aquí con el equipo piensa de otra manera, los últimos dos años hemos hecho un gran trabajo, logramos todas las metas que nos hemos propuesto y ahora estamos conscientes del compromiso que tenemos delante. Estamos trabajando para eso”, expresó el infielder, durante las prácticas del conjunto bucanero.
Desde que se uniformó con los valencianos en la 2011-2012, proveniente de un cambio con las Águilas por Freddy Galvis, el caraqueño es uno de los cuatro peloteros en la liga con 30 o más jonrones y sus 32 vuelacercas son casi el doble de los que conectó en sus anteriores cuatro zafras con Caracas y Zulia.
“Espero ayudar al equipo, no pienso en marcas personales. Gracias a Dios me siento muy bien físicamente, en lo personal estoy dispuesto a jugar donde el manager me necesite, quiero ganar, ese el espíritu que uno espera para aportar al equipo. El resto es trabajo en conjunto”.
Con respecto a los cambios que ha hecho el equipo, el “Inca” piensa que la nave aumentó sus posibilidades de llegar a puerto seguro en enero.
“Tenemos un gran equipo, la gerencia se ha movido y el manager Carlos García sabe que va a contar con todos nosotros. Lo vi en Estados Unidos y le dije que quería jugar en la segunda, algo que es difícil por el talento con el que cuenta este club, pero es una manera de decirle que cuenta conmigo”.
Hace dos temporadas, en la final contra Lara, Lissón jugó en segundo en medio de una emergencia y aportó en la defensa, sin dejar de rendir con el madero.
Alfonzo, una buena adición
La llegada de Edgardo Alfonzo como técnico del club bucanero es una buena adición, en opinión de Lissón.
“Es una gran persona que fue un gran bateador, nos va ayudar mucho, espero aprovechar sus conocimientos, cada vez que pueda lo voy a consultar porque él sabe el oficio de batear y es parte de la historia del Magallanes”.
En ligas menores
“Comencé un poco lento (con el Richmond, filial doble A de los Gigantes de San Francisco), pero las cosas mejoraron y en la medida que avanzó la campaña estuve elevando mi juego tanto a la defensiva, como a la ofensiva”.
En 114 encuentros, conectó 101 imparables para .266 puntos de promedio con 18 cuadrangulares, 76 carreras remolcadas y 59 anotadas. /Rafael Cadenas
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